miércoles, 29 de mayo de 2013

CAPITULO 13

PRESENTE
Estaba nerviosa, ¿le digo lo que me ha dicho Paula? ¿Si? ¿No?
A lo mejor Paula me ha mentido, ¿por qué me iba a ayudar después de tanto tiempo? A lo mejor es mentira... Si, seguro. 
Pero, ¿cómo ha sabido lo de Dani? ¿Quién se lo ha dicho?
Obviamente Dani, pero, ¿por qué?
¿Por qué se ha defendido ella? ¿Celos? ¿Sintió algo por el antes? ¿Salieron juntos antes? 
Demasiados porques y ninguna respuesta.

Justo al llegar a la puerta principal, le vi a lo lejos. Mejor, no tendré que esperar mucho y no tendré que pensar mucho.
-¡Hola!
-Ey.

-¿Cómo estas? ¿Te salió bien el examen?
¿El examen? Bien, pero hubiera estado bien que hubieras desaparecido de mi cabeza un rato.
-Bien.
-¿Bien el examen o tú?
No conteste. Se me nota mucho cuando no soy yo porque no me encuentro bien.
-¿Estás bien Ali?
-Como siempre.
-¿Y eso qué significa?

-Claro, no lo sabes porque no me conoces, pero alguien que me conociese lo sabría.
-¿Otra vez? Estamos empezando una amistad, ¿tú no sabes cómo se empieza?
-No, no lo se.
Suspiró. 
-Si que lo sabes. No nos conocemos, pero por eso se pregunta, para saberlo.
-Pues empecemos, ¿qué quieres de mi?
-¿Te apetece hablar en otro sitio? ¿A tomar algo?
-Responde.
-No quiero hablar de esto aquí.
Miré a mi al rededor. Gente que entraba al centro comercial y otros que salían con bolsas de tiendas. Unos con más que otros, pero la gran mayoria.
-¿A dónde?
-Vamos a tomar un helado, ¿te parece?
-Solo quiero que me respondas.
-Pues entonces vamos y hablamos.
Fuimos a una heladería que había al final de la calle en una esquina en silencio.
A veces me miraba y se reía. No sé que tenía de gracioso esto, bueno, pero es que el no lo sabe...
Cuando llegamos, nos sentamos en una esquina y pedimos un helado cada uno: el uno de vainilla  y yo otro de chocolate.
-¿Ahora?
-No entiendo a que viene esto.
-Solo te he preguntado que qué quieres de mi.
-Tu compañía, me caes bien. Muy bien.
-Me conoces de poco.
-¿Otra vez? Ali, déjame conocerte. ¿Tan complicado te parece?
-No soy nada especial para que sin conocerme me hables así porque si.
-¿No eres especial?
-No.
-Que tu no te veas especial no significa que no lo seas. 
-Dani, no he hecho nada para que me digas que sea especial.
-Eso dirás tu.
Nos quedamos en silencio. El suspiró y yo le miré enfadada. No he cambiado de opinión.
-Eres muy cabezota.
-Lo soy. 
-¿Qué te pasa?
-Odio que se cachondeen de mi.
-¿Qué dices?
-Eres como todos. 
-¿Quienes son todos? No sé de que me hablas, ve al grano.
-Paula me ha...informado sobre ti.
-¿Qué Paula?
-Por favor, ¿cuántas Paulas conoces que vayan a mi curso?
-No hagas caso a lo que te diga esa.
-¿Y a ti si?
Se quedo en silencio.
-¿Cómo sabe que somos...amigos?
-Obviamente nos vio ayer. Ya no hablo con ella.
-¿Por qué? -Suspiró. -¿No nos teníamos que conocer? 
-Sisi. Pues...salimos juntos, ella me puso los cuernos y yo la llame zorra a todos.
-Buen resumen. 
Me dolió, pero me esperaba algo parecido.
-Fue un poco zorra.
-¿Un poco? Se lió con uno delante mio en mi cumpleaños. Y me quería eh.
-Paula es muy falsa. Fue mi mejor amiga.
-Mentira...-dijo riéndose.
-Verdad, desde que teníamos 5 años. 
-¿Qué paso? 
-Que ella fue una zorra. 
-Novedad. 
¿Se lo digo? Lo que me ha contado es algo muy serio y personal. Debería ceder y confesar algo...

-Pues, la separación de mis padres me...sentó mal. 
-Normal.
-El cambio fue grande. Y no me acostumbraba a la novia.
-¿De tu padre? 
-Emm, no, de mi madre. Mi madre le puso los cuernos a mi padre con...una mujer.
Me miró asombrado.
-¿No te lo esperabas?
-No, la verdad. Pensé que era porque ya no se querían, pero no por esa razón.
-Pues ya ves. Me volví una rarita por faltar a clase y por dejar de hablarme con mis ''amigas''. 
-¿Rarita? 
-Ese era mi nombre desde ese momento. Ahora soy un bicho raro.
-Que originales.
-Tuve un mal año. Nadie se interesaba por mi y caí en una depresión.
-¿Qué clase de depresión?
-Pero ahora estoy...más o menos bien.
-Contesta.
-Háblame un poco más de ti. 

-No cambies de tema, ¿qué te paso?
-Eso es pasado.
-¿No quieres hablar de eso?
-Hoy no.
Y rápidamente cambio de tema. 
No me gusta hablar sobre ese pasado. En casa lo ignoramos y también lo intento ignorar en mi cabeza. 
Hice cosas. No sé cómo es que sigo con vida. He hecho de todo y sigo en vida. Tengo mucho por vivir y la vida me ha dado...varias oportunidades.

martes, 28 de mayo de 2013

CAPITULO 12

PRESENTE
¿Otra vez nerviosa? Esto no puede ser. ¿Tengo un examen final y lo único que hago es pensar en Dani? No Ali, mal. 
Tenía un examen importante después del recreo, asi que me quede en la biblioteca a estudiar. ¡Vaya novedad!
No me gusta que haya examen después del recreo porque todos de clase estaban en la biblioteca. Eran toda la clase junta y yo apartada del resto. Triste, pero no me importaba.
Me dí cuenta de que alguien se sentó en frente mio.
-Hola Ali.
Paula.
Ni me moleste en alzar la cabeza para mirarla, simplemente hice que repasaba.
-¿Cómo lo llevas?
-No quiero entablar conversación contigo, no pierdas el tiempo.
-No seas borde, te conozco y no lo eres.
-No me conoces.
-Esta Ali no.
La mire con cara de saber por qué me habla. De buenas. ¿De qué va?
-Vete.
-Eres amiga de Dani.
La mire extrañada. Me lo afirmaba, pero parecía una pregunta.
-Hay muchos Danis en el mundo.
-Por favor, ¿a cuántos Danis conoces? -Verdad. -Solo quiero que sepas que no creo que estés preparada para...salir con chicos como esos.
-¿Perdón?
-A ver, ¿no te has visto? Nunca sales con nadie y de repente vas a empezar a salir con super Dani?
-No entiendo.
-Dani parece único. Especial, romántico y sensible. Pero no hagas mucho caso a eso.
-Haré caso a lo que quiera. Ahora seguiré estudiando, ¿te importa?
-Para nada, pero ya te he avisado.
-Muy amable.
Miré mi libro pero pude oir como se iba a su sitio y le preguntaban:
-¿Por qué lo has hecho? 
No oí respuesta.
Maldita sea, ahora me concentraré aún menos. 
¿Por qué ha dicho nada? Con lo bien que se vive en la ignorancia.
Además, ¿cómo sabe eso? ¿salieron juntos?
Toco el timbre y fui a hacer el examen. Lo normal es que estuviera repasando, pero lo único que tenía en la cabeza era la pequeña conversación con Paula.


-¿Y esa cara? ¿Cómo te ha salido el examen? -dijo mi madre justo cuando llegue a casa.
-¿Qué cara? La mía.
-No, esa no es la tuya. 
-Pues el examen bien, no ha sido tan dificil.
-Eso es porque has estudiado.
-Ya. ¿Qué tal Sara? -dije refiriéndome al...incidente de ayer.
-Mejor, hablé con ella. Ella hace todo lo posible para ser...
-No digas una madre más. 
-¿No lo es?
-No. Y no tengo hambre.
-Ali, recuerda: la solución no es dejar de comer.
-Lo sé mamá, y no es por eso, no tengo hambre porque he comido algo antes.
-Vale, ¿hoy estudias?
-Ahora me pondré, he quedado.
-¿Con ese chico?
-Si.
-Me gustaría conocerle.
-No mamá, en serio, no.
-¿Te avergüenzo? -dijo con el ceño fruncido.
-No es eso, solo que le conozco de poco. Solo somos amigos.
-Amigos ahora.
-Aja...¿eso qué quiere decir?
-Todo a su tiempo.
Me reí por la tontada que había dicho.
-No me digas que no te avise.
-Vale, si vengo un día a casa y te digo que estoy empezando a salir con ese chico podrás decirme: ¡Te lo dije!
-¿Mientras tanto?
-Mientras tanto no vale hablar sobre el.
-¿Por qué?
-Fin de esta conversación. ¿Qué tal tu mañana?
Y mientras me contaba su mañana, pensé en que ya no hablaba así con mi madre. Casi nunca había temas de conversación, y si las había, las esquivaba.

Al terminar con mi madre, me fui a mi cuarto y estudie un poco para otro examen. 
Al terminar, me cambié de ropa y fui a la quedada con Dani.

PASADO
Aun que a mi psicóloga no le gustaba que me dijera eso...me sentía como una loca.
Un día una enfermera me pregunto una mañana si dormía bien. 
-Si, ¿por qué?
-Tienes los ojos mal...con ojeras.
-Estoy bien. Duermo perfectamente -después de haber llorado durante un buen rato.
Se fue y cuando volvió me dieron unas pastillas. MELATONINA. Por el insomnio.
-Una pastilla antes de dormir. Solo una, ¿correcto?
-Vale...

¿Pastillas? Soy oficialmente una loca.


-¿Pastillas? ¿No duermes? -pregunto Elena.

-Si...
-¿Y las tienes tu?
-En mi cajón, ¿por qué?
-No deberías tenerlas tu. En tu situación...
Por si la loca hace una tonteria. 
-Tomatelas con moderación.
-Claro.
Pero ya tenía una idea creciendo en mi cabeza.


lunes, 27 de mayo de 2013

CAPITULO 11

PRESENTE
¿Me gusta Dani? 
Nunca me había pasado y no sabía como me tenía que sentir. Ni yo misma se explicarlo. Lo único que sé es que cuando el me mira a los ojos, sé que todo irá bien. Que cuando me toca, hace que se pare el tiempo. Cuando me sonríe...tiene una sonrisa preciosa.
Pero lo más importante, cuando me he despedido de el, al darle dos besos de despedida, me hubiera gustado que no me hubiera dejado ir. Quería estar con el. 

Al llegar a casa salude a mi madre y fui directa a mi habitación.
-¡Ali! -dijo mi madre entrando en mi habitación. -¿Cómo que hola? ¿Dónde has estado?
Ups.
-Había quedado.
Mi madre se sorprendió.
-¿Cómo? ¿Por qué no has avisado?
-Ah, pues no sé. Se me habrá pasado.
-Ya, ya lo he visto. ¿Y tu móvil? Te hemos enviado mensajes de todo tipo y no has contestado a ninguno.
-Lo tendría en silencio, lo siento.
-No vuelvas a hacer eso. Pensamos que habías vuelto a...a...hacer alguna...tonteria.
Ahora se llaman tonterias.
-No, estoy bien. Diría que muy bien. Voy a estudiar. -Y volví a encerrarme en mi habitación.

Estuve estudiando toda la tarde y no me di cuenta de que Dani me envió varios mensajes. No me acostumbro a que alguien me envíe mensajes.

-'¿Qué tal llevas la tarde sin mi?'
Me reí.
-'Estupendamente'
Como no me contestaba, dejé el móvil y me puse el pijama. Oí como vibraba el móvil.
-'Que mala'. 
-'Lo sé'
-'Pues yo he tenido una tarde mala, en casa te he echado de menos.'
¿Y eso? ¿Cómo interpreto eso? ¿Qué contesto? Me puse nerviosa y apagué el móvil y me fui a cenar para despejarme.
Cuando llegué a la cocina vi a Sara preparando la cena y a mi madre poniendo la mesa.
-¿Ayudo?
-Si, coge los platos. -dijo mi madre.
Mientras cogía los platos Sara empezó a hablar.
-Así que hoy te has hecho la malota eh.
-¿Perdón?
-La rebelde. No nos has avisado. 
-Que yo suponía tenía que avisado a mi madre y como máximo a mi padre, no a nadie más.
Sé que fui brusca, y seguramente eso le dolió, pero odio cuando quiere hacerse la madre también.
-Ya, bueno, pero yo también estaba preocupada...
-Ali, por favor...-dijo mi madre.
-Lo siento, no quise decir eso. Eso huele muy bien Sara. -le dije mientras sonreía.
-Gracias Ali. 
Cenamos en silencio. Vi a Sara algo dolida por el comentario y me sentí culpable. Pero ella no es mi madre, ella destruyó una relación, y solo por eso ya me caía mal desde el primer día. Ahora no tanto, es simpática y me ha ayudado con algunos exámenes, pero no es mi madre.
-Muy bueno Sara. -dije mientras me levantaba y dejaba los platos en el lavavajillas. -Buenas noches, me voy a dormir, estoy cansada y mañana tengo un exámen.
-Buenas noches y suerte cariño. 
-Lo mismo digo, hasta mañana. -dijo Sara.

Me encerré en mi habitación y cogí el móvil para escuchar música. 
'Verdad, lo apagué para no responder a los mensajes de Dani...'
Lo volví a encender rezando para que hubiera cambiado de tema. 
Pero no, al encenderlo salieron varios mensajes:
-'¿Ali?'
-'¿Que pasa?'
-¿'Te molesta que haya dicho eso?'
-'¿No estas? ¿Hablo solo?
Pobre...
-'Lo siento, me había ido a cenar. El mensaje no me ha molestado, me ha parecido bonito.'
No tardo en responder.
-'No era para ser bonito, era porque era verdad.'
Eso tampoco me lo esperaba. Como yo no contestaba, siguió el.
-'Me lo he pasado muy bien hoy y me gustaría quedar otro día contigo.'
-'Lo  mismo digo.'
-'¿Lo mismo de que te lo has pasado bien o de que quieres quedar conmigo?'
-'Las dos cosas.'
-'¿Mañana?'
-'Debería estudiar...'
-'Y yo, ¿y qué?'
-'Estamos a finales y creo que deberíamos estudiar.'
-'Ahí lo has dicho, deberíamos. Pero no lo haremos.'
-'¿Haremos?' ¿Tu y yo?'
-'Si, quedamos a las 17:00 en la puerta del centro comercial del centro.'
-'¿Qué es esto? ¿Me obligas?'
-'Más o menos.'
-'¿Y si me niego?'
-'Lloraría'.
-'Si, claro.'
-'Vale, no, pero quiero salir conmigo. Además, me lo prometiste.'
-'Si, pero no especificamos un día.'
No entiendo porque me hago la difícil, muero por salir con el.
-'Ali, vamos, haz feliz a este pequeño muchacho.'
Hice que pensaba un poco, pero realmente me fui a mi equipo de música a poner un disco. Puse uno de ACDC y volví a la cama a hablar con Dani.
-'Venga, vale. Para que veas que me importas.'
¿Importar? Le conozco de solo dos días.
-'Bien. ¿Cómo hoy?'
-No, esta vez no vamos a ninguna casa.'
-'Mierda, mira que pensaba que íbamos a tu casa ;)' 
¿Guiño? ¡¿Guiño?!
-'Pues no. A las 17:30 en la puerta principal del centro comercial del centro.'
-'Mejor a las 17:00'.
-'No, 17:30'
-'Que borde.'
-'Sabes que no.'
-'Vale.'
Y nos quedamos sin decir nada mientras sonaba You shook me all night long. Como veía que no me envía nada decidí ir al cuarto de baño. Al volver, me fijé que me había enviado un mensaje.
-'Pues muy buenas noches. Me voy a la cama para poder despertarme con buen humor, pero igualmente lo haré, ya que he quedado contigo. Hasta mañana.'
¿En qué me he metido? Por una parte, me alegro, ya que a mi también me gusta un poco. Pero por otra...nos acabamos de conocer y ya me envía eso. No no...
-'Buenas noches. Mañana nos vemos.'
Que seca.
-':)'
Mejor. 
No, mejor no. He sido algo borde comparado con su mensaje, aunque le haya enviado un carita sonriente.
No me respondió.

PASADO
No podía dormir, y como todas las noches, me encerré en el cuarto de baño del hospital. 
¿Me sirve de algo la terapia? La verdad, no mucho. 
Pienso sobre ello, pero sigo con la misma mierda en la cabeza.
Sigo odiando la vida tanto como antes. 
-El mismo esfuerzo que le das a odiar la vida, hazlo pero al revés. Vive feliz.
¿Vivir feliz? ¿Qué es esto? ¿Una película Disney?

Sigo mirándome en el espejo y sigo viendo a la misma persona. Y no me gusta.
'Te odio.' 
-Te odio.
Empecé a llorar, en silencio. Quise gritar, llorar fuerte, pero no quería que nadie supiera esto.
Lloré sin parar, me ponía nerviosa y respiraba mal. 
Pero como todas las noches desde que estoy en el hospital: lloro, me lamento de que sigo con vida, lloro y me quedo dormida.




martes, 21 de mayo de 2013

CAPITULO 10

PRESENTE
No volvió a tocar el tema de mi...pasado. Mejor, no es agradable de contar y nadie querría a una chica con tantos problemas.
'Eso fue la Ali del pasado, el quiere estar con la Ali del presente.' 

El estaba al lado mio, tumbado mientras, de repente, me pregunta mi color favorito.
-Que pregunta más tonta.
-No lo es, imagínate que un día me da por regalarte algo y hay varios con distintos colores. Sino supiera cual es tu color favorito  me costaría elegir, si lo supiera terminaría en seguida. Es un favor para ambos.
-¿Por qué me ibas a regalar algo?
-Mira que te cuesta responder a una simple pregunta eh.
-Si -dije sonriendo. -Es divertido.
-Yo no lo veo la gracia.
-Yo si.
Y me reí. No sabía que tuviera la risa tan fácil, me cuesta estar seria con Dani, y creo que es por eso que me cae tan bien. Al poco se contagió de mi risa y terminamos riendo juntos.
-Verde. -dije tomando aliento. 
-¿Te gusta leer? 
-Por supuesto.
 -¿Por supuesto? ¿Tenía que ser evidente?
-No sé...
-A mi también me gusta leer, no mucho, pero me gusta pasar una tarde con un libro.
-Relaja.
-Si, música y lectura y soy un chico feliz.
-Lo mismo digo. -y me sonrió.
-Oh, tenemos tanto en común. -dijo con tono mofoso.
-¡Somos almas gemelas! -dije siguiéndole el juego.
-¿Eso existe? 
-No lo sé, hay gente que encuentras sus almas gemelas y viven juntos felices.
-¿Quienes?
-En los libros...
-Libros...-dijo, y sonrió. Me encantaba su sonrisa. Y sin poderlo resistir, tuve que sonreír yo también.
-¿Tu crees?
-Yo no creo en nada.
-¿Ni en las hadas?
-Si, en las hadas creo. -dijo guiñándome un ojo. -Pero no soy de creer lo que no he visto. 
-¿Has visto una hada?
-Una no, ¡dos! 
Me reí falsamente. 
-Hablando en serio, no suelo creer en cosas que no veo o vivido.
-Hay cosas que no habrás visto ni vivido y no significa que no existan.
-Tal vez, pero no me lo creo hasta que lo haya visto.
Y no se porque pregunté esto.
-¿Crees en el amor?
Tanto yo como el nos sorprendimos por la pregunta. Pensó, pero respondió:
-No mucho. Creí que si...pero falló.
No sabía si preguntarle a lo que se refería, no era de mi incumbencia. Le sonreí mientras le toqué el hombro.
-Sea lo que sea, hicieron mal.
-Seguro.
-En serio, yo nunca me había divertido más en toda mi vida que contigo.
-Pues aun te queda. Te cansarás.
-Tal vez.
Y en ese momento, cuando me sonrió, me di cuenta dentro de mi que había cambiado. Una sensación extraña que no sabría explicar. ¿Me gusta Dani?

PASADO
Llevaba hablando con Elena un par de días y no sabría decir como me encuentro. Mejor porque hablo sobre mis problemas en voz alta y mal, porque me voy dando cuenta de más defectos y me deprime.
La comida del hospital sabía fatal, asi que no comía casi nunca. En estos 4 días que llevo despierta en este hospital solo como durante el desayuno, que es lo que más o menos es comible.
Siempre estoy tumbada en la cama sin ganas de hacer nada. 
Solo me visitaban mis padres y Sara. Y una vez me visitaron mis tíos.
No me sorprendió ese gran número de visitas.

-No voy a mentir, pensaba que iba a venir Paula a verme. -le dije a Helena. -Pensé que sabiendo lo de mi...accidente, pues vendría para saber de mi.
-¿Y como te sientes al saber que no lo ha hecho?
-Por una parte enfadada, por otra ya lo sabía, y por otra sigo con la idea de que va a venir. 
-No creo que sea bueno que pienses eso.
-Ni yo, pero no puedo controlar a mi mente.
-Pues deberías. La mente puede hacer mucho daño -dijo mirando mis muñecas. 
-Pero no se como.
-Cada vez que pienses en algo negativo de ti misma o de algo relacionado a ti, desechalo, no lo digas. No digo que te eches flores, eso ya es otro paso. Solo pido que no te digas nada malo. No te formes ningún obstáculo al rededor tuyo.
-¿Y cómo se que lo que me digo es negativo y no que sea realista?
-Alicia, piensa en las razones que te han hecho estar así.
-Eso es ser realista. 
-Pero no debes pensar en tu propia muerte. 
-Pero si no me va bien.
-En un futuro el karma podría actuar.
-No creo en el karma. Si esto ha pasado es por algo. No debo estar en vida.
-No digas tonterias, te lo mereces.
-Nadie me quiere, entonces ¿por qué sigo aquí?
-De eso ya hablamos ayer, vas a cumplir 15 años, eres joven y tienes miles de cosas por vivir.
-¿Y si no quiero?
-En el fondo tienes curiosidad por saber que es eso de vivir. De saber como será tu futuro. 
-Odio esta vida, pero me gustaría vivir un poco más.
-Entonces no la odias tanto.
Odiaba que tuviera razón. 
-Tienes miedo, es normal, pero debes controlarlo. 
-Debo controlar muchas cosas.
-Para eso estoy.
Y sonreí. 
Intento contarle todo sobre mi pasado, todo lo que pienso. Pero hay algo que todavía no le he contado sobre algo que me pasa todas las noches desde que estoy en este hospital.

lunes, 20 de mayo de 2013

CAPITULO 9

PRESENTE
El resto de la comida se resumió a hablar de él. Yo quería que lo hiciera, no quiero hablar de mi. Me da miedo que me deje de hablar por...como soy.

Daniel me contó sus anécdotas de su niñez, de sus campamentos, de su instituto, de su familia y los amigos que son y fueron.
-Amigos son uno de cada 100, ¿no? -me pregunto.
-Si, pienso lo mismo.
En mi caso ha sido, 0 de cada 100.

Mientras recogíamos todo, me dijo:
-Jo, solo he hablado de mi y no sé casi nada de ti. Juegas con ventaja.
-Verdad, a lo mejor me aprovecho.
-Muy graciosa, venga, dí tu algo sobre ti.
-Adivina.
-Odio eso.
-Lo sé, juego con ventaja.
Suspiró, pero al final asintió y se quedó callado mientras pensaba.
-Vale. Ali, eres la típica chica que le importa todo más bien poco y que, por lo poco que sé, la vida te ha dado un buen palo.
Me impresiono.
-Si, se podría ver de esa forma.
-¿He acertado?
-Si, pero has fallado en lo  de ''típica''. En lo de que la vida me ha dado palos no es como a ti, que tu amigo te traicionó o que te dejaron de hablar por una pelea. Tu has tenido apoyo en eso. Yo no lo tuve.
-Explícate mejor...
-Lo tuyo han sido pequeñas caidas comparadas con las mias.
-¿Pequeñas? Pues me quede hecho polvo.
-Ya, pero lo tuyo fue que tu amigo te dejo de hablar y lo mio fue que todas mis amigas incluida mi mejor amiga me dejaron de hablar con la simple excusa de que era rarita.
-¿Todas?
-No tengo a nadie.
Miró la mesa sin saber que decir.
-Cuando mis padres se separaron, -dije para impedir el silencio- lo pasé muy mal. El ambiente por casa era más que horrible y en un día para otro, todos dejaron de hablarme. No preguntaron como estaba, pasaron de mi.
Daniel se quedó callado, otra vez.
-Soy un bicho raro que nadie quiere como amiga.
-¿Nadie? Disculpa, pero yo me llamo Dani.
Le miré sorprendida.
-Espérame, ahora vuelvo.
Y justo al desaparecer de mi vista, sonreí. Fue un acto reflejo. Nunca me había pasado. 
'¿No le importa? ¡No le importa! O si y lo ha dicho para quedar bien...' Dejé de sonreír.
Le oí hablar mientras bajaba por las escaleras.
-El día que nos conocimos me dí cuenta de que escuchabas un disco de Green Day. -Le vi bajar de las escaleras y acercarse a mi. -No te voy a mentir, eso me encanto de ti. Me encanta Green Day. Cuando te fuiste, me di cuenta de que no compraste el disco-dijo mientras dejaba al lado mio algo cuadrado envuelto en papel de regalo.
-No...no me lo creo.
-Lo sé, soy genial.
-No, no lo acepto.
-He tirado el ticket de regalo, no lo puedes devolver y yo ya lo tengo.
-Pues a alguna de tus amigas.
-Naaaa. -dijo mientras me sonreía. -Venga, si desees aceptar el regalo.
-Ya, que bien me conoces eh.
-No, tengo que conocerte más a fondo. -dijo guiñándome un ojo.
No se como interpretar eso.
-Pues muchas gracias, no se como agradecertelo.
-Me vale con tu presencia.
Me reí, y el al darse cuenta de lo que había dicho, también.
-No, vale, pero lo único que tienes que hacer es aceptar volver a salir conmigo.
-¿Único? Tendría que esforzarme eh. Vestirme y todo eso...salir de casa, caminar. -Dije mientras me sentaba en el sofá. El me miró indignado, pero yo igualmente me reí. -Claro que saldré contigo Dani.
-Por fin me llamas Dani, ¿ya me consideras tu amigo?
-Claro.
-Ese es el primer paso. -dijo mientras se sentaba a mi lado.
¿Primero paso? ¿Para qué?

AÑOS ATRÁS
No entiendo, ¿sigo viva? No sabía como tomármelo, ¿bien? ¿mal?
¿Qué es esto? ¿Una segunda oportunidad?
Me di cuenta de que cuando se fueron mis padres a casa a comer algo, dejaron a una enfermera al lado mio, observando y a veces dando conversación. ¿Creen qué cuando se den la vuelta voy a volver a intentar quitarme la vida? 
La enfermera nunca sacaba temas personales, solo sobre los libros que leía y música. 

Después de estar un par de días en reposo, una mujer de unos 45 años de edad, pantalón negro, camisa blanca y chaqueta negra entró en mi habitación.
-¿Cómo te encuentras Alicia? -Dijo sentándose en el sillón de al lado de mi cama. Levanté los hombros de modo de respuesta, con gesto indiferente.
-Yo soy Elena, y vengo a hablar contigo.
-Un loquero, ¿verdad?
-Creo que no he estudiado psicología durante varios años para que luego lo llamen ''loquero''.
-Tratas a locos.
-¿Consideras que estás loca?
-Un poco.
-Pues yo creo que no lo estás.
-¿Lo que he hecho lo ves normal?
-No, pero eso no significa que seas raro o que estés loca.
Me callé.
-Ha sido una elección como otra cualquiera. Mala, obviamente, porque que no estés loca no significa que lo que has hecho este bien. Has tenido suerte y podrás aprender de esa mala elección.
Miré mis manos, nadie había sacado el tema de mi ''elección''.
-Lo primero de todo, y lo vuelvo a decir, es que no estás loca, que no eres rara. Eres una persona con sus decisiones, como todos. Decisiones malas o buenas. Yo trato con personas que quieren cambiar para poder vivir y hacerse como persona, para vivir en paz consigo misma. Yo no puedo dar de mi parte si tu no das de la tuya.
Asentí sin mirarla.
-Bien, ¿por dónde empezamos?
Cerré los ojos, suspiré y los volví a abrir. Miré a Elena y por primera vez, hable de mis problemas con alguien.

domingo, 19 de mayo de 2013

CAPITULO 8

PRESENTE
-¿Qué tal tu día? -dijo Daniel después de haber dejado a la multitud atrás.
-Larga, muy larga... y aburrida, ¿y la tuya?
-Igual, tenía muchas ganas de estar contigo.
Eso no me lo esperaba. Como es de esperar, me puse nerviosa y me puse como un tomate.
-Tu...tu...¿a qué hora terminabas el instituto? -dije para cambiar el tema.
-Media hora antes que tu, pero también es que entro antes que tu.
-No sé que es mejor, entrar antes y salir después o entrar después y salir más tarde.
-Depende, si no te importa madrugar.
-A todos les importa madrugar. No conozco a nadie que le guste levantarse temprano. -aun que, la verdad es que no conozco a mucha gente.
-Ni yo, pero habrá alguien raro por el mundo que si.
-Yo soy rara y no me gusta madrugar.
-Pues aun más rara -dijo mientras me sonreía.
-¿A dónde vamos?
-Ya te dije que era sorpresa.
-Si, pero creía que ahora me lo ibas a decir.
-¡Qué va! Vamos por aquí. -dijo mientras cambiabamos de acera. Hacía un buen día, soleado.
-No me gustan las sorpresas.-dije.
-Me da igual. -dijo guiñandome un ojo.
Abrí la boca indignada.
-Que malo.
-Si, pero luego te alegrarás.
-Tal vez... -dije mientras le sonreía. Hoy iba muy guapo, llevaba unos vaqueros oscuros con una camiseta de manga corta de color verde. La luz del sol hacía que sus bonitos ojos azules se notaran más y su pelo estaba rebelde. Me fijé que no llevaba mochila.
-¿Qué haces sin mochila?
-Uy uy, vas descubriendo cosas.
Le miré extrañada.
-¿Qué? ¿No has ido al instituto?
-Salía media hora antes que tu, si, pero para hacer esto necesitaba más tiempo.
-¿Cuánto tiempo?
-Toda la mañana.
-Pues tenías que haber ido al instituto.
-No pasa nada, era por una buena causa.
-Me acabas de conocer, no sabes si merezco la pena o no.
-Sé que si.
-¿Cómo lo sabes?
-Se ve.
-No entiendo.
-Poca gente me entiende.
-Si te explicas así con todos, normal que no te entiendan. 
Andamos un rato más en silencio. Me pareció mal que faltara a clase por mi, no me conoce.
Justo al preguntarle que hacia donde ibamos, nos paramos en un portal.
-¿Tu casa?
-¡Premio! -dijo mientras abría la puerta. -y como premio, te invito a comer a mi casa.
No me lo creía. Le sonreí mientras subía por las escaleras.
Abrió la puerta de su casa y entramos. Tenía una casa amplia. Desde la puerta pude ver que en una misma habitación se encontraba el salón junto a la cocina y al fondo había una terraza con una mesa y dos sillas. En la mesa estaban los platos, vasos y cubiertos.
-Como en tu casa. -dijo mientras subía por las escaleras. 
Fui al sofá y dejé mi mochila. Como el no bajaba, fui a la cocina. Olía muy bien. Me fijé que había preparado unos espaguetis con tomate. Que mal...no se comer espaguetis, además con tomate. Me ensucio la boca.
Iba a mirar lo que había de segundo, pero una rosa roja me impidió verlo. Me di la vuelta y pude ver a Daniel con la rosa ofreciéndomela.
-No tenías porque hacer. -dije mientras cogía la rosa.
-Si, lo sé, te acabo de conocer. -dijo mientras repetía mi tono de voz.
-Yo no hablo así.
-Si que lo haces.
-No. -dije, le sonreí y me fui a fuera a la terraza. No hacía viento, así que ibamos a comer de maravilla. Me asomé y vi toda la ciudad. Nunca lo había visto la ciudad desde tan alto.
-¿Qué quieres de beber?
-Agua-dije sin apartar mi vista de la ciudad.
Me sentía...bien, feliz.
En casa no tenía estas bonitas vistas y me quedé asombrada.
-No es para tanto.
-Porque estas acostumbrado, pero es muy bonito. La casa de mi madre está en un segundo y en una calle algo cerrada, asi que no se ve casi nada. Y la de mi padre es una gran casa alrededor de la nada.
-Lo siento, debió de ser horrible.
No entendí  porque dijo eso, pero luego caí. Mis padres.
-Ah, pasó hace ya un par de años.
-Pero igualmente...no me lo podría imaginar. Sería tan horrible tanto para mi como para mi hermano. Aunque nos podríamos ayudar mutuamente.
-Tendríais suerte, yo lo pasé sola.
Daniel me miró con los ojos abiertos, sorprendido y apenado. ¿Tanta pena doy?
-Tendrás primos que te hayan apoyado, ¿no?
-Tengo una por parte de padre con la que hablo colo en navidades. Mi madre es hija única.
-Joder, y yo que pensaba que tener 7 primos eran pocos.
-Siempre depende de como lo mires.
-Claro.-dijo mientras miraba las vistas por primera vez. Seguro que se sentiría incómodo. Suspiré y el dio una palmada fuerte. -¡Vamos! La comida está lista.
-Espero que no me envenenes, confío en ti.
-¿Envenenarte yo a ti?Que idea más malvada. Lo apunto para la próxima.
-Muy gracioso. -dije mientras me sentaba.
-Como habrás visto, -dijo mientras iba a la cocina a por la comida. -hay espaguetis.
Sirvió los espaguetis en los dos platos. En uno más que en otro.
-¿Quieres más? -dijo mientras yo cogía el plato con menos.
-No, suficiente, gracias.
Miré mi plato, ¿y ahora? ¿Cómo me como los espaguetis sin llenarme la cara de tomate? 
-Espero que te guste. Pero claro, soy un excelente cocinero y seguro que te gustan.
-Claro que si, creido.
-Realista, soy realista.
-Lo que tu digas. -dije mientras cogía el tenedor. Enrolle algunos espaguetis y me los metí a la boca. Me dí cuenta de que Daniel me miraba sonriendome.
-¿Qué pasa?
-Que cuidado has tenido eh.
-Claro, ¿qué quieres? Así como yo. -mentira.
-Mentira, nadie como así los espaguetis. Seguro que en tu casa te manchas pero bien los morros.
-Tal vez. -dije mientras volvía a enrollar algunos espaguetis y me los metía a la boca. -¿Tu no comes?
-Ahora voy. -y después de decir eso, enrolla un montón de espaguetis y se los come. Unos cuantos espaguetis se le cayeron de la boca y se llenó los morros de tomate. Solté una carcajada.
-¿Qué? 
-Oh nada.
-No soy de los que comen educadamente cuando hay visitas.
-No, si ya veo.
-Soy educado...pero en el tema de la comida...no.
Después de habernos comido los espaguetis de una forma o de otra y de haber intercambiado muchas risas, Daniel fue a por el segundo plato.
Miré otra vez las vistas. Preciosas.
Hoy es un día para recordar. Mi primer buen recuerdo después de...todo eso.

HACE TIEMPO...
Lo único que vi al abrir los ojos fue una pared blanca. Escuche silencio...
Miré a un lado, nada. Al otro, mi madre. Sentada en un sofá dormida.
''¿Qué hago aquí?'' Pensé en despertar a mi madre, pero aún durmiendo tenía pinta de cansada, de no haber dormido. Dejé que durmiera más.

Me dí cuenta de que tenía ambos brazos vendados y recordé.
''¿Tanto me pasé?''
No recordaba mucho, solo en lo que pensaba hacer. Y parece ser que no dio resultado y no se si alegrarme o llorar.
Cerré los ojos y enseguida me quede dormida.

Cuando volví a despertar, lo primero que vi fue la cara preocupada de padre. Había llorado.
-¡Ali! ¿Cómo estas? Nos tenías tan preocupados... -dijo mi padre.
En el momento en el que mi padre saltó, alguien no dejaba de darme besos. 
-Ali, que susto... -dijo la voz aliviada de mi madre. -¿Por qué?
''¿Quería que respondiera?''
Suspiré, ahora que lo saben tendré que explicarles todo, aunque hay partes que ya se imaginaran
-Sé que no querrás hablar con nosotros sobre este tema y que ahora estás cansada y eso... Por eso vendrá a hablar contigo una psicóloga todas las mañanas a hablar contigo. Bueno, en las que estés en el hospital. -dijo mi padre.
-¿Y cuánto será eso?
Ninguno de los dos respondió. Se miraron, pero al final mi madre dijo:
-Las heridas son profundas. Tenías muchas...y sin tratar. Tus heridas estaban infectadas. Y hasta que no se curen todas las de tu cuerpo no te irás. Orden del médico.
''Cuanto me alegro.''
-Te hemos cogido tu móvil y unos cascos para que puedas conectarte a internet o escuchar música. También varios libros. Como ahora te has aficionado a la lectura, pues te hemos comprado un par. 
Los cogí y leí el título:
'La princesa de hielo' y 'Éxodo'.
-Grcias.
-Ahora vamos a hablar con el médico para que hable contigo. -dijo mi madre mientras me daba un beso en la frente.
Y mientras mis padres salían de mi habitación, se me escapó una lágrima.

viernes, 17 de mayo de 2013

CAPITULO 7

PRESENTE
No había que ser un lince para adivinar la sorpresa, seguramente me invitaría a comer así que antes de salir de casa cogí mi monedero con dinero. No quería que me invitase a nada.
Odio los lunes, el comienzo de la semana siempre me ha sentado mal, me deprimen. 
Cogí mi mochila y me fui al instituto después de haberme despedido de mi madre y su novia.

Esa mañana fue la mañana más larga de mi vida. Las clases eternas, no solo por el coñazo de las explicaciones, sino porque estaba nerviosa y los minutos se me hacían horas.
Estaba nerviosa y con un poco de miedo por el cuerpo, hacía mucho que no salía con nadie.
Además estaba nerviosa por si el se acercaba a alguien de mis ''queridos amigos''. No quería que le dijera lo rarita que soy. Se iría por el mismo sitio de donde había venido.

El día no fue nada especial. Miradas de asco y pequeños insultos que ya cansaban.
En el recreo fui a la biblioteca a leer un libro.
Pero resumiendo: mi mañana fue una mierda.

Mientras hacía mis deberes de literatura, tocó el último timbre del día. Recogí rápidamente mis cosas y al subir la silla a la mesa alguien me dijo:
-Anda Alicia, ¿y esas prisas? 
Como no,la voz inconfundible de Paula. Pero pase de ella, como siempre cuando me decía algo.
-¿Has quedado con alguien? -dijo y todas se rieron. Suspiré, me puse la mochila y dije:
-Sigues contando los mismos chistes de siempre y cansas.
-Que tu no te rías no significa que no sea gracioso.
-Por favor Paula, esas zorras que tienes por amigas se ríen de tus bromas por simple interés.
-Envidia, eso es lo que tienes.
-Uy, si, me muero de envidia. Muero por ser como tu. -Dije mientras me daba la vuelta y me iba. Y mientras salía por la puerta, pude escuchar que una de ellas decía:
 -Pues haber si el bicho raro se muere.
'Si supiera...' pensé.
Respiré hondo mientras bajaba por las escaleras. ¿Dónde estará Daniel? Espero que solo para irnos directamente a no se donde.
Salí del instituto y le ví justo en la entrada, ¡solo!
Vi como me miraba y me sonreía. Me acerqué a el saludandolo con la mano.
-Hola Alicia. Has tardado en bajar eh.
-Me había entretenido.
-Ays, como sois las chicas.
No lo entendí, pero no le pregunté a lo que se refería.
-¿Nos vamos? -le dije.
-Si, pero antes...-vi como saludaba a alguien, pero no sabía a quien porque no me di la vuelta para comprobarlo.
-¡No tengo tiempo, pero luego hablamos! -grito.
-Vayámonos ya, esto empieza a agobiarme, hay mucha gente.
Empezamos a andar en silencio entre la gente. Noté que me miraban, pero me dio igual.

jueves, 16 de mayo de 2013

6 CAPITULO

HACE 2 AÑOS
Desde ese día, cada vez que tenía un mal día, que eran la mayoría, cogía una cuchilla y me cortaba un poco. Hubo un momento en el que, mi muñeca estaba llena de cortes y no podía cortarme en en la muñeca.
Un día que llegué a casa de mi madre dolorida por los insultos, cogí la cuchilla, y sin pensármelo, me corte por las piernas, por encima de la rodilla hacia arriba.
Esto me parecía tan normal como respirar. Me ocultaba las heridas bajo mucha ropa para que nadie las viera.

En el instituto ya no se callaban los insultos, sino que me lo decían a la cara y se reían de mi señalándome.
Se quejaban de que no hablaba con nadie y me llamaban 'marginada', 'bicho raro' o 'rara' a secas.
También pensaban que era lesbiana por no cambiarme en el vestuario como el resto. 
-'Se ha unido a su madre.' 
No sé quien dijo eso, pero conocería a mis padres. No me molestaba que dijeran eso, no es un insulto, pero no me gusta que se digan falacias sobre mi.
Me llamaban puta siendo que saben perfectamente que no lo soy.
Me miran con cara de asco y cuando paso al lado de un grupo siempre imitan arcadas. No es agradable.

Pensé en decirles a mis padres de cambiarme de instituto, pero tendría que informarles de mi...situación y no quería.
El único que sabe algo de que no me siento bien en clase es mi padre, pero ya no hablamos y ni nos vemos.
Mi madre esta con su novia, a mi no me hace tanto caso.
Ambos están con sus prioridades, y yo no estoy en ellas.

Un día, llegué a casa harta de tantos insultos, harta de tanto llorar, harta de no sentirme querida, harta de que no se me valore, harta de que ni mis padres me hagan caso, harta de ni yo misma gustarme...
Abría la puerta de la nueva casa de mi padre y dejé la mochila y fui directamente a la cocina.
Busqué el cuchillo más largo y afilado y sin pensármelo dos veces, me corté con rabia, no una, ni  dos, ni tres, sino muchas veces. 
Vi toda la cantidad de sangre que salía de mis muñecas. Me asusté, ya que me empezó a doler un poco. Pero en seguida dejé de notar dolor alguno.
Caí al suelo encima de un gran charco de sangre. Veía borroso y cerré los ojos ya que no merecía la pena dejarlos abiertos. 
Después de eso no recuerdo más.



jueves, 9 de mayo de 2013

CAPITULO 5

PRESENTE
El domingo se resumió a terminar mis deberes, comer y ver la tele.
Estaba en mi cuarto cuando oí la puerta abrirse y cerrarse. Bajé y salude a mi padre:
-¿Qué tal el fin de semana? -Todos sabíamos la respuesta, pero el siempre preguntaba lo mismo.
-Bien, interesante. ¿Y tu?
-Muy cansado. -Dijo mientras suspiraba y se sentaba en el sofá. -¿Tu madre cuando viene?
-Dentro de nada, me estaba preparando.
Mi padre iba a decir algo, pero le interrumpió mi móvil. Será mi madre, pero...¿y si es Daniel?
Me puse nerviosa con solo pensar que fuera el, pero no, era mi madre.
-'En cinco minutos estoy, te espero en el mismo sitio de siempre.'
-'Ok.'
Pensé que podía ser Daniel, pero claro, seguramente se habrá olvidado de mi como hacen la mayoría. No le culpo.
Subí a por mi mochila y me despedí de mi padre.
Al salir de casa se notó que era primavera, la chaqueta ya empezaba a sobrar y no me importaría ir en manga corta.
Oí un pitido y vi a mi madre saludando desde el coche.
-¿Qué tal con tu padre?
-Bien, ¿qué tal tu finde?
-Muy bien, ayer cenamos fuera, a un nuevo restaurante del centro.
-Yo también fui al centro. Pero por la tarde, al Fnac y a por algo de comida.
-¿Más discos?
-No, no me llegaba.
Tengo una buena cantidad de discos.
Sonó un móvil, supongo que será el de mi madre y no lo cogí. 
-¿Es tuyo?
-Que va a ser mio.
Y caí. ¡Daniel!
Sonreí, pero rectifiqué y me puse otra vez seria.
-'Tengo una sorpresa para ti.'
¿Eh?
-'Hola eh'.
-'Si si, hola. Tengo una sorpresa para ti.'
-'Qué sorpresa?
-'¿Tu que entiendes por sorpresa?'
-'Ya...'

-¿Con quién hablas?¿Con tu padre? Si os acabais de ver.
Claro, como no suelo hablar con nadie, es chocante que use el móvil para eso.
-Con un chico.
-¿Qué chico?
-Uno que conocí ayer.
Mi madre frunció el ceño. Normal.
-¿No será del instituto?
-No, por eso he dicho que conocí.
-Ah, pues bien, es una buena noticia.
'¡Si! Me estoy volviendo más sociable.'
Me dí cuenta de que el móvil se había bloqueado. Lo desbloquee y lei los 3 nuevos mensajes:
-'¿Te has ido?
-'Quiero darte mi sorpresa mañana, ¿puede ser?
-'Bueno, si quieres mañana nos vemos después del instituto.'
Le respondí rápidamente:
-Estoy. Mañana puedo, ¿pero no sería mejor ir a casa, comer y luego vernos?
Pero el no respondía.
Llegamos a casa. Subimos en silencio y al abrir la puerta, Sara le dio un abrazo a mi madre y un beso rapido en los labios y a mi dos besos en la mejilla.
Sara era alta, rubia y ojos oscuros y muy delgada. Ah, y tenia 10 años menos que mi madre.
Que mi madre hubiera cambiado de opinión sobre su sexualidad no me importaba, pero me preocupo un poco la edad. 
Si, a mi padre casi le da un ataque al saberlo.
-¿Qué tal con el homófobo de tu padre?
-¡Sara! -Le riño mi madre.
-Bien, como siempre. -le sonreí y fui directa a mi cuarto. Deje mis cosas y mire el móvil.
-'Si, pero entonces estropearía el regalo ;)'
¿Este chico que me va a regalar? Nos conocemos de poco...
-'Que loco.'
-Si, ¿a qué instituto vas?'
Le envié el nombre de mi instituto y la dirección.
-'Si, ya sé donde está, conozco a gente de allí. ¿Quedamos en la puerta?'
-No hace falta, quedamos en la tienda que hace esquina en frente de mi instituto.'
-'Venga, no pasa nada, así mejor y saludo a algunos amigos que tengo en ese instituto.'
¿Conoce? Espero que no sea de mi clase. Bueno, eso da igual, todo mi instituto me mira con cara de asco.

HACE MÁS DE 2 AÑOS...
Estaba lloviendo. Odio que llueva, me deprimo...y más si he estado llorando en mi instituto y luego en casa. Ya llegaba a una situación en el que no me reconocía por mi ojos, que los tenía muy rojos e hinchados. 
'Esto no puede seguir así.' Me decía constantemente.
Estaba sola en casa. Claro, como siempre, ya nadie se fija en mi, y cuando lo hace es para reírse o insultarme. No aguanto esta situación.
Me fui al cuarto de baño y me lavé la cara.
Que cara... soy horrible.
Quería morir.
El sentimiento de tristeza invadió todo mi ser y seguí llorando. 
Y pensé... ¿y la cuchilla de mi padre?
Busqué sin dejar de llorar por los cajones y lo encontré. Sin pensar me lo llevé a la muñeca y rocé la cuchilla. Nada.
'Con más fuerza.' Pero nada. Dejé de llorar y lancé con fuerza la cuchilla, pero no se rompía. Lo volví a intentar varias veces y al final pude coger un trozo de cuchilla y tiré el plástico.
Suspiré y me corté  despacio en perpendicular. 
Al principio sentí dolor, pero desapareció al poco y notaba que solo quemaba, pero era agradable. Cerré los ojos mientras me cortaba tanto en perpendicular y horizontalmente. No había dolor y mis penas ya no estaban. La rabia que tenía se la llevaba mi sangre que caia al suelo.
Abrí los ojos, me maree pero luego miré mi muñeca. La cuchilla estaba llena de sangre y mi muñeca igual, no veía los cortes.
'Estoy bien...tranquila.' 

lunes, 6 de mayo de 2013

4 CAPITULO

HACE 3 AÑOS
Me dí cuenta de lo injusta que es la vida. Sin que yo haya hecho nada malo, te viene todo lo malo a la vez.
Llevaba días sin ir a clase, no quería ver a nadie.

Una mañana, mientras estaba tumbada en la cama escuchando música, llamaron a la puerta de mi habitación.
-¿Qué haces que no estás en el instituto? -dijo mi padre mientras entraba. Por fin se daba cuenta, llevaba una semana sin ir a clase y se da cuenta ahora.
-No quiero ir. 
-Cariño, no dejes que nada te afecte.
-A ti te ha afectado lo de mamá.
-Pero en lo personal, en lo profesional no. Voy al trabajo, como deberías hacer tú.
-No...
-Si...tienes que ir. Que esto no afecte a tu futuro.
-Ya, pero no quiero ir a clase, odio a todos.
-No es bueno odiar a nadie.
-Tu odias a mamá.
-No odio a tu madre, odio su decisión. Pero aun sigo queriéndola, han sido muchos años.
Bajo la mirada y pude ver un brillo en sus ojos.
-Gracias papá, mañana iré al instituto.
-Vale. -me sonrió y puso su mano en mi hombro. -Me voy a trabajar, nos vemos esta noche. 
Me dio un beso en la frente y se fue.

Al día siguiente fui al instituto, con muchos nervios. ¿Me dirán algo? ¿Digo yo algo? 
Justo al entrar al instituto me entró un escalofrío, ya empezaba a arrepentirme de la decisión...pero se lo prometí a mi padre.
Subí las escaleras hasta llegar a mi clase de 2ºB y fui directamente hacia mi mesa, al lado de la de Paula. Me senté y lo primero que vi en mi mesa era la palabra en mayúsculas y con permanente negro: RARITA.
Justo en ese momento un par de chicos se rieron y seguidos, toda la clase. Quise llorar, pero me reprimí las ganas.
-Quise impedirlo Ali. -dijo Paula detrás mio.
-A ti siempre te ha gustado montar escenas eh. -dije dándome la vuelta.
-No entiendo -dijo mientras miraba a Laura, otra ''amiga''.
-Que dejes de mentir. Sé cuanto valgo para ti.
-Antes mucho, pero has cambiado. -dijo mientras miraba lo que ponía en mi mesa.
-He tenido problemas, y si deberás me valorabas, me hubieras ayudado. Pero no lo has hecho, lo has empeorado.
Y por suerte, llegó el profesor en ese momento y todos nos sentamos en nuestro sitio.
Cogí mis libros y los dejé encima de la pintada. Suerte que no era muy grande y lo podía ocultar.
Decidí hacer caso a mi padre. Que esto no afecte a mi futuro.


PRESENTE
Ya era de noche cuando llegue a casa. Entré y grité:
-¿Papá?
Silencio.
-Claro... -dije para mi.
Fui a la cocina a dejar la comida. Abrí mi pizza y la metí al horno. Subí a mi cuarto y me puse el pijama. Me puse una coleta y antes de bajar, vacié mi mochila y cogí mi móvil. Ninguna novedad.
-Raro...
¿Quién me iba a mandar un mensaje a mi? ¿Daniel? Para nada.
Aunque tenía su fiesta, a lo mejor no podía por eso... Bah, ¿y qué?
 Bajé a la cocina, a la pizza le quedaba un rato más.
Mientras tanto, pensé que película podía ver. 
¿Una bélica? ¿Terror? ¿Romántica? ¿Suspense? ¿Fantástica? 
Después de haber pensado un rato... no escogí ninguna, sino que puse un concierto de McFly en Wembley del Tour Radio:Active.
Saqué mi pizza mientras se cargaba la peli y cogí un refresco.
Y como todas las noches, comía viendo una película/documental y me quedaba dormida en el sofá.
Y eso me hacía...¿feliz?

HACE 3 AÑOS
El silencio reinaba en la casa de mi padre. No sabía que hacer, estaba sola.
Ya no tenía a nadie. Las amigas que me llamaban a todas horas, ahora ni me miran. Ah, si, me miran con cara de asco.
Cuando iba al instituto me daban ganas de gritar y en el recreo me encerraba al cuarto de baño a llorar.
En clase ya no me llamo Ali, sino 'rarita'.
Me miré en el espejo de mi habitación. ¿Qué coño hago aquí? No soy nada para nadie. Nadie me retiene aquí.
¿Mis padres? Ya no hablamos como antes, mi padre trabaja siempre y mi madre está con su novia. Los cambios han sido enormes. Cambios horriblemente malos.

Miré el reloj, dentro de dos horas, mi madre pasaba a recogerme. Tengo ganas. Allí por lo menos habló con alguien y no solo conmigo misma.

Un día más. Nada especial. 
Un día menos para morir.


domingo, 5 de mayo de 2013

TERCER CAPITULO

PRESENTE
Salí algo triste del Fnac. Quería ese disco, pero por desgracia, tengo que cenar. Ya dejé de comer y la cosa no fue del todo bien.
Fui al super que estaba en frente y compré un pizza de barbacoa y algo de desayuno para los próximos días. Como mi padre no desayuna en casa no me cojera mi desayuno.

Al salir me puse lo cascos y me fui dirección al autobús. Avancé hasta un semáforo, pero a partir de ahí noté que alguien me tocaba el hombro.
-¿Qué hay borde? -dijo el chico moreno con ojos azules del Fnac.
-No soy borde. -Dije quitándome los cascos pero sin mirarle.
-No me lo has demostrado en la tienda.
-No tengo que demostrarte nada.
No contestó.
-Además, me ibas a quitar el disco.
-Un disco que no era tuyo. Y además, por lo que he visto, ni siquiera te lo has comprado.
-¿Me espías?
-Pasaba por ahí en ese momento, no te creas el ombligo del mundo.
-Ohh, ¿no lo soy?
Me sonrió con algo de falsedad. Yo también y seguí mi camino.
-Eh, ¿a donde vas? -dijo siguiéndome.
-A casa.
-¿Un sábado? ¿No sales?
Le fulminé con la mirada, aunque realmente no me importo, me gustaba estar sola. La costumbre.
-¿Y tu? ¿No sales? ¿No tienes a otros a quien dar la lata?
Me sonrió.
-Si, pero hasta dentro de un rato. Están preparándome una fiesta ''sorpresa'' en mi casa y no puedo estar allí.
-¿Por qué una fiesta¿
-Es mi cumpleaños.
-Oh, pues felicidades... -no sabía como se llamaba.
-Daniel, pero mis amigos me llaman Dani.
-Vale, felicidades Daniel.
Se rió.
-¿No somo amigos?
-¿Has hecho algo para serlo?
-Verdad, todavía no.
-¿Todavía? Para que lo sepas, no me hago amigo de cualquiera, te tendrías que esforzar.
-Lo intentaré. Soy muy persuasivo, así que lo conseguiré. 
Solté una carcajada.
-¿Y tu nombre? No me lo has dicho.
-Verdad, no te lo he dicho.
Se rió por lo bajo y dijo:
-Ahora es cuando tienes que decir tu nombre.
-¿Por qué?
-La costumbre, ¿no? En las presentaciones, alguien te dice su nombre y tu le respondes con tu nombre. No sé, llamame loco.
-Me da igual las costumbres.
-¿No quieres decirme como te llamas?
Sonreí y le dije:
-Adivina.
Suelta una carcajada mientras lo niega.
-No.
-Tu dí posibles nombres.
Suspira pero acepta el juego.
-¿Roberta?
-¡Qué nombre más feo!
-¿María?
-Nah.
-¿Patricia?
-¿Me ves con cara de pija?
Suspira otra vez y mira al cielo.
-Dime su nombre señora.
-No -digo mientras le sonrío.
-Pues no hay otro remedio...
Y con un movimiento muy rápido de brazos, con una mano me sujeta el hombro derecho y con su otra mano hace que gire y me coge la mochila.
-¡Eh! ¡La ladrón!
-No me llames así en público que se van a creer que soy un ladrón de verdad.
-¿Y no lo eres? Me has cogido la mochila.
Sonríe mientras abre mi mochila.
-¿Qué haces?
-¿Tu que crees? Ver tu DNI.
-Eso no vale.
-Tu juego no tenía reglas.
Le fulminé. Justo al coger mi monedero me acordé de mi foto del carnet.
-No mires.
-Ya te he dicho que quiero saber tu nombre.
-Te lo digo, pero no cojas el carnet.
Me sonrió ladeando la cabeza.
-Todos salimos mal en las fotos  del DNI. Hasta yo, que soy el chico más guapo que te vas a encontrar, salgo mal.
-Y el más creido.-
-Soy realista.
-JÁ.
Y aprovechando esta pequeña pausa, dí un paso hacia delante y le cogí mi mochila.
-¡Zas! -dije mientras sonreía orgullosa con mi pequeña pero gran hazaña.
-Malvada...
-Empezaste tú.
-Ya empezamos con los reproches.
Nos reimos a la vez muy fuerte. Pero al poco me acordé de que le conocía de nada...¿qué hago siendo tan amable? No quiero simpatizarme , no quiero que me hagan daño...otra vez. Así que dejo de reírme y me vuelvo a poner la mochila.
-Me llamo Alicia.
-¿Ali para los amigos?
-No, solo Alicia.
-Ah, claro.
Nos quedamos callados mientras seguíamos caminando. La verdad, era un silencio incómodo, no nos conocíamos así que no sabíamos nada de que hablar. Pero no tuve que discurrir mucho, ya que al poco me miró, sonrió y me preguntó:
-Pues Ali, digo...Alicia, perdóname. ¿Quieres venir a mi fiesta ''sorpresa''?
-No pinto nada ahí.
-Como era sorpresa, les digo que había quedado contigo antes y que no te puedo hacer el feo de dejarte plantada.
-Pero es mentira.
-Muy aguda, pero ellos no lo saben. Y así no te quedas un sábado por la noche en casa comiendo mala comida mientras ves películas ñoñas.
-No pensaba ver ninguna película ñoña.
Me defendí, pero el suspiró mientras miraba al cielo.
-Quiero que me acompañes a mi fiesta de cumpleaños. Quiero que vayas.
¿Por qué?  Acabo de conocerlo. 'Obvio, ¿no?' dijo mi segunda vocecita.
-Lo siento, pero es mejor que vaya a casa. -dije mientras me paraba. Habíamos llegado a la parada del bus.
-Por favor...
-Lo siento.
-¿Pero nos veremos otro día?
Solté una carcajada para poder ocultar mi sorpresa. Hacía años que no me pedían salir, ni mis padres lo hacen ahora y eso ya es triste.
-Ya veremos.
-¿Cómo que ya veremos? ¿Si o no?
-Ya veremos.
-¿Me das tu número de móvil?
Me lo pensé, pero al final acepté.
-Dime.
-Adivina.
Me reí, pero a el no le hizo ninguna gracia. Le dí mi número, pero no pude darle el mio porque llegó el bus. Tenía que cogerlo, ya que ese bus pasa cada poco y mucho menos los sábados.
Me despedí rápidamente. Y desde hacía años, nunca me había apenado haberme despedido de alguien.