Me dí cuenta de lo injusta que es la vida. Sin que yo haya hecho nada malo, te viene todo lo malo a la vez.
Llevaba días sin ir a clase, no quería ver a nadie.
Una mañana, mientras estaba tumbada en la cama escuchando música, llamaron a la puerta de mi habitación.
-¿Qué haces que no estás en el instituto? -dijo mi padre mientras entraba. Por fin se daba cuenta, llevaba una semana sin ir a clase y se da cuenta ahora.
-No quiero ir.
-Cariño, no dejes que nada te afecte.
-A ti te ha afectado lo de mamá.
-Pero en lo personal, en lo profesional no. Voy al trabajo, como deberías hacer tú.
-No...
-Si...tienes que ir. Que esto no afecte a tu futuro.
-Ya, pero no quiero ir a clase, odio a todos.
-No es bueno odiar a nadie.
-Tu odias a mamá.
-No odio a tu madre, odio su decisión. Pero aun sigo queriéndola, han sido muchos años.
Bajo la mirada y pude ver un brillo en sus ojos.
-Gracias papá, mañana iré al instituto.
-Vale. -me sonrió y puso su mano en mi hombro. -Me voy a trabajar, nos vemos esta noche.
Me dio un beso en la frente y se fue.
Al día siguiente fui al instituto, con muchos nervios. ¿Me dirán algo? ¿Digo yo algo?
Justo al entrar al instituto me entró un escalofrío, ya empezaba a arrepentirme de la decisión...pero se lo prometí a mi padre.
Subí las escaleras hasta llegar a mi clase de 2ºB y fui directamente hacia mi mesa, al lado de la de Paula. Me senté y lo primero que vi en mi mesa era la palabra en mayúsculas y con permanente negro: RARITA.
Justo en ese momento un par de chicos se rieron y seguidos, toda la clase. Quise llorar, pero me reprimí las ganas.
-Quise impedirlo Ali. -dijo Paula detrás mio.
-A ti siempre te ha gustado montar escenas eh. -dije dándome la vuelta.
-No entiendo -dijo mientras miraba a Laura, otra ''amiga''.
-Que dejes de mentir. Sé cuanto valgo para ti.
-Antes mucho, pero has cambiado. -dijo mientras miraba lo que ponía en mi mesa.
-He tenido problemas, y si deberás me valorabas, me hubieras ayudado. Pero no lo has hecho, lo has empeorado.
Y por suerte, llegó el profesor en ese momento y todos nos sentamos en nuestro sitio.
Cogí mis libros y los dejé encima de la pintada. Suerte que no era muy grande y lo podía ocultar.
Decidí hacer caso a mi padre. Que esto no afecte a mi futuro.
PRESENTE
Ya era de noche cuando llegue a casa. Entré y grité:
-¿Papá?
Silencio.
-Claro... -dije para mi.
Fui a la cocina a dejar la comida. Abrí mi pizza y la metí al horno. Subí a mi cuarto y me puse el pijama. Me puse una coleta y antes de bajar, vacié mi mochila y cogí mi móvil. Ninguna novedad.
-Raro...
¿Quién me iba a mandar un mensaje a mi? ¿Daniel? Para nada.
Aunque tenía su fiesta, a lo mejor no podía por eso... Bah, ¿y qué?
Bajé a la cocina, a la pizza le quedaba un rato más.
Mientras tanto, pensé que película podía ver.
¿Una bélica? ¿Terror? ¿Romántica? ¿Suspense? ¿Fantástica?
Después de haber pensado un rato... no escogí ninguna, sino que puse un concierto de McFly en Wembley del Tour Radio:Active.
Saqué mi pizza mientras se cargaba la peli y cogí un refresco.
Y como todas las noches, comía viendo una película/documental y me quedaba dormida en el sofá.
Y eso me hacía...¿feliz?
HACE 3 AÑOS
El silencio reinaba en la casa de mi padre. No sabía que hacer, estaba sola.
Ya no tenía a nadie. Las amigas que me llamaban a todas horas, ahora ni me miran. Ah, si, me miran con cara de asco.
Cuando iba al instituto me daban ganas de gritar y en el recreo me encerraba al cuarto de baño a llorar.
En clase ya no me llamo Ali, sino 'rarita'.
Me miré en el espejo de mi habitación. ¿Qué coño hago aquí? No soy nada para nadie. Nadie me retiene aquí.
¿Mis padres? Ya no hablamos como antes, mi padre trabaja siempre y mi madre está con su novia. Los cambios han sido enormes. Cambios horriblemente malos.
Miré el reloj, dentro de dos horas, mi madre pasaba a recogerme. Tengo ganas. Allí por lo menos habló con alguien y no solo conmigo misma.
Un día más. Nada especial.
Un día menos para morir.
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