PRESENTE
¿Otra vez nerviosa? Esto no puede ser. ¿Tengo un examen final y lo único que hago es pensar en Dani? No Ali, mal.
Tenía un examen importante después del recreo, asi que me quede en la biblioteca a estudiar. ¡Vaya novedad!
No me gusta que haya examen después del recreo porque todos de clase estaban en la biblioteca. Eran toda la clase junta y yo apartada del resto. Triste, pero no me importaba.
Me dí cuenta de que alguien se sentó en frente mio.
-Hola Ali.
Paula.
Ni me moleste en alzar la cabeza para mirarla, simplemente hice que repasaba.
-¿Cómo lo llevas?
-No quiero entablar conversación contigo, no pierdas el tiempo.
-No seas borde, te conozco y no lo eres.
-No me conoces.
-Esta Ali no.
La mire con cara de saber por qué me habla. De buenas. ¿De qué va?
-Vete.
-Eres amiga de Dani.
La mire extrañada. Me lo afirmaba, pero parecía una pregunta.
-Hay muchos Danis en el mundo.
-Por favor, ¿a cuántos Danis conoces? -Verdad. -Solo quiero que sepas que no creo que estés preparada para...salir con chicos como esos.
-¿Perdón?
-A ver, ¿no te has visto? Nunca sales con nadie y de repente vas a empezar a salir con super Dani?
-No entiendo.
-Dani parece único. Especial, romántico y sensible. Pero no hagas mucho caso a eso.
-Haré caso a lo que quiera. Ahora seguiré estudiando, ¿te importa?
-Para nada, pero ya te he avisado.
-Muy amable.
Miré mi libro pero pude oir como se iba a su sitio y le preguntaban:
-¿Por qué lo has hecho?
No oí respuesta.
Maldita sea, ahora me concentraré aún menos.
¿Por qué ha dicho nada? Con lo bien que se vive en la ignorancia.
Además, ¿cómo sabe eso? ¿salieron juntos?
Toco el timbre y fui a hacer el examen. Lo normal es que estuviera repasando, pero lo único que tenía en la cabeza era la pequeña conversación con Paula.
-¿Y esa cara? ¿Cómo te ha salido el examen? -dijo mi madre justo cuando llegue a casa.
-¿Qué cara? La mía.
-No, esa no es la tuya.
-Pues el examen bien, no ha sido tan dificil.
-Eso es porque has estudiado.
-Ya. ¿Qué tal Sara? -dije refiriéndome al...incidente de ayer.
-Mejor, hablé con ella. Ella hace todo lo posible para ser...
-No digas una madre más.
-¿No lo es?
-No. Y no tengo hambre.
-Ali, recuerda: la solución no es dejar de comer.
-Lo sé mamá, y no es por eso, no tengo hambre porque he comido algo antes.
-Vale, ¿hoy estudias?
-Ahora me pondré, he quedado.
-¿Con ese chico?
-Si.
-Me gustaría conocerle.
-No mamá, en serio, no.
-¿Te avergüenzo? -dijo con el ceño fruncido.
-No es eso, solo que le conozco de poco. Solo somos amigos.
-Amigos ahora.
-Aja...¿eso qué quiere decir?
-Todo a su tiempo.
Me reí por la tontada que había dicho.
-No me digas que no te avise.
-Vale, si vengo un día a casa y te digo que estoy empezando a salir con ese chico podrás decirme: ¡Te lo dije!
-¿Mientras tanto?
-Mientras tanto no vale hablar sobre el.
-¿Por qué?
-Fin de esta conversación. ¿Qué tal tu mañana?
Y mientras me contaba su mañana, pensé en que ya no hablaba así con mi madre. Casi nunca había temas de conversación, y si las había, las esquivaba.
Al terminar con mi madre, me fui a mi cuarto y estudie un poco para otro examen.
Al terminar, me cambié de ropa y fui a la quedada con Dani.
PASADO
Aun que a mi psicóloga no le gustaba que me dijera eso...me sentía como una loca.
Un día una enfermera me pregunto una mañana si dormía bien.
-Si, ¿por qué?
-Tienes los ojos mal...con ojeras.
-Estoy bien. Duermo perfectamente -después de haber llorado durante un buen rato.
Se fue y cuando volvió me dieron unas pastillas. MELATONINA. Por el insomnio.
-Una pastilla antes de dormir. Solo una, ¿correcto?
-Vale...
¿Pastillas? Soy oficialmente una loca.
-¿Pastillas? ¿No duermes? -pregunto Elena.
-Si...
-¿Y las tienes tu?
-En mi cajón, ¿por qué?
-No deberías tenerlas tu. En tu situación...
Por si la loca hace una tonteria.
-Tomatelas con moderación.
-Claro.
Pero ya tenía una idea creciendo en mi cabeza.
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